miércoles, 24 de abril de 2013

ARCHIPIÉLAGO DRON: Temática y metodología

¿Por qué "Archipiélago"? ¿Y por qué "dron"? La verdad es que pocas veces hemos dado con un título que mejor resuma en sí mismo tanto lo que se cuenta como la forma en que se cuenta. Pero vayamos por partes, empecemos primero por la metodología, por la forma.


"Archipiélago: conjunto de islas unidas por aquello que los separa"
 
Partiendo de esta definición, José Sanchis Sinisterra diseñó una serie de protocolos, tanto para trabajar con los compañeros del Colaboratorio como para sus talleres regulares de dramaturgia, que precisamente buscaban explorar y articular una forma de contar historias basadas en la esencia misma de un archipiélago: la contigüidad. Todo archipiélago es, por definición, fragmentario. Sus islas están separadas por un elemento físico constante. Y sin embargo, curiosamente, ese mismo elemento que los separa, también actúa como "marco englobante"; de manera que frente a la imposibilidad de una continuidad física, surge una contigüidad (en forma de vínculos, afinidades, resonancias culturales) que tienden a conformar otro tipo de unidad más intangible, "atmosférica" digamos. José se propuso trasvasar este planteamioento a la dramaturgia y explorar todas las posibilidades que surgían de ésto: a partir de una serie de escenas-isla aparentemente inconexas entre sí (diferentes personajes, tiempos y espacios) ¿qué ocurre si las ponemos en el mismo mar de un mismo tiempo representacional? Frente a la no continuidad de las escenas, ¿era posible que surgiese algún tipo de contigüidad entre ellas? ¿Cómo se tejen esas relaciones? ¿Cómo las percibe el público? ¿Qué mecanismos evidentes y sutiles se ponen en marcha para construír una "atmósfera" que tienda a cohesionar esa imagen incialmente fragmentada? Los resultados a estas preguntas, en forma de ejercicios y experimentaciones llevadas a cabo por los compañeros del Colaboratorio son enormemente prometedores. Los protocólos en forma de "archipiélagos" de José nos abren vías de investigación sobre dramaturgias basadas en lo discontínuo, lo fragmentario, lo heterogéneo... muy en la línea de las "obras paisaje" con las que autores como Roland Schimmelpennig (Final y principio) o Michel Vinaver (11-9-01) están desbrozando nuevos caminos para la dramaturgia contemporánea.


De modo que no es de extrañar que quisiéramos partir de esta metodología para desarrollar nuestra propuesta. Y no solo por las posibilidades que nos suscita, sino porque su esencia misma encaja con la forma en la que queremos gestar, desarrollar y representar la propuesta. El archipiélago de José es, como el propio Nuevo Teatro Fronterizo, material pensado para el encuentro, para lo heterogéneo, para la investigación y creación colectiva. Si a esto le sumamos que además encaja a la perfección con la propuesta temática, la elección es obvia. Lo que nos lleva al segundo término del título y, por tanto, al argumento de este proyecto colectivo.

"Dron: del inglés drone.
Drone: a male bee in a colony of social bees, whose sole function is to mate with the queen.
Abeja macho en una colmena cuya única función es aparearse con la reina.
A pilotless radio-controlled aircraft.
Aeronave que vuela sin tripulación humana a bordo"

Vivimos en tiempos teledirigidos. La tecnología, ya omnipresente en nuestras vidas, cambia la forma en la que trabajamos (a distancia), nos relacionamos (a distancia), nos comunicamos (a distancia) e incluso en que nos matamos (a distancia). El dron es ya la imagen distintiva con la identificar el siglo XXI, un aparato controlado a distancia que nos permite alejarnos, tanto física como éticamente, de las acciones que hacemos con tan solo pulsar un botón. Gracias a los drones hemos dado con la forma pefecta de alejarnos de aquello que nos incomoda, violenta. En realidad, gracias a los drones nos hemos alejado de la mismísima violencia. A partir de esta situación real queremos explorar y reflexionar sobre lo que nos está paando como sociedad. Sobre cómo nosotros mismos, al aceptar esa actitud, esa funcionalidad teledirigida de los drones, nos estamos convirtiendo en drones. En la forma de hablar, de aceptar tácitamente ese lenguaje basado en la distancia, en la aparente objetividad que da manipular algo desde cientos de kilómetros. Incluso el lenguaje mismo lo estamos convirtiendo en un dron, frío, tecnificado... dotándole de una aparente capa de objetividad que neutraliza cualquier posible dilema moral, cualquier conato de autocrítica. Todo esto es lo que queremos explorar y reflejar en Archipiélago dron. Asomarnos a una infinidad de fragmentos, imágenes fugaces robadas a nuestra sociedad para diseccionarlas desde la dramaturgia.

Veremos si somos capaces de dar con una mirada significativa, un pequeño resplandor que ofrezca otra luz al margen de los grandes reflectores con los que nos ciega el poder establecido... aunque de eso hablaremos en otro post.

QY Bazo

     


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